El cuidado del cabello tintado

Los cambios en el color del cabello ya no son tan poco frecuentes como antaño. Actualmente, la mujer se encuentra con mayor facilidad con la posibilidad de probar nuevos looks, nuevos colores, que le permitan variar la percepción que los demás tienen de su imagen.

Los cabellos tintados, sin embargo, precisan de cuidados especiales precisamente por haber sido tratados químicamente –aunque dicho tratamiento sea o parezca poco agresivo-.

Usar champú suave, acondicionador y mascarillas de forma frecuente contribuyen a un cuidado adecuado del cabello tintado. En el caso concreto de las mascarillas, deben aplicarse, tanto si son caseras como industriales, al menos una vez por semana.

Conviene no peinar el cabello cuando éste se encuentre mojado, ya que es más frágil, y en caso de no tener más remedio que hacerlo, procurar emplear un cepillo de púas anchas o incluso los propios dedos.

Por otro lado, conviene ser especialmente precavida con el sol, especialmente en verano, ya que el cabello tintado presenta una mayor sensibilidad a la luz y al calor. Abundando en este último detalle, se aconseja también evitar la cercanía por demasiado tiempo de las fuentes de calor como hornos, secadores potentes…

Y, por último, sólo nos queda deshacer un mito provocado por la publicidad: los tintes no aportan, en ningún caso, salud al cabello. En todo caso, un uso excesivo de los tintes químicos acaban por acelerar el envejecimiento del cabello, lo que se traduce en una mayor fragilidad, menor brillo, pérdida de color y, finalmente, escasez.