Epilepsia, la gran desconocida

La epilepsia es una enfermedad neurológica que afecta al uno por ciento de la población pero que se presenta en multitud de variantes y que suele diagnosticarse muy tarde.

La epilepsia es una enfermedad neurológica que está causada por una serie de cambios breves y súbitos en el funcionamiento del cerebro. Cuando las señales eléctricas neuronales se descargan de manera desordenada se producen las conocidas crisis epilépticas, cuya imagen típica es la de una persona que cae al suelo entre convulsiones. Por este motivo, la epilepsia ha sido considerada a lo largo de la historia, como algo maligno y degradante, a pesar de que los epilépticos son incapaces de causar ningún daño y esto ha sido así porque en el pasado se les tenía miedo porque se les había atribuido la influencia de alguna fuerza maligna.

Sus síntomas son pérdida brusca del conocimiento, convulsiones, contractura muscular en las extremidades y rostro, confusión, fenómenos auditivos y visuales, hormigueo, fatiga, sensación de dependencia y pérdida de autonomía, desánimo y actualmente afecta a más de medio millón de personas en nuestro país. Afortunadamente, la mayoría de las personas que la padecen pueden hacer vida normal, tomando una serie de precauciones médicas.

Entre los factores de riesgo figuran lesiones y traumatismos cerebrales, herencia genética, consumo de determinados medicamentos y, en la actualidad, se estudia la acción de ciertas bebidas energéticas.

El doctor Antonio Gil-Nagel, director del programa de epilepsia del Servicio de Neurología del Hospital Ruber Internacional de Madrid destaca que se ha avanzado mucho tanto en el diagnóstico como en el tratamiento y que la imagen de la espuma en la boca "se va desterrando porque cada vez son menores esas crisis".