Flores de Bach contra las situaciones emocionales perniciosas

La terapia de flores silvestres puede resultar efectiva para atajar diversas dolencias emocionales, como fobias, miedos, desesperación, estrés, traumas y otro tipo de obsesiones.

Según Fernando Rodríguez Párraga, especialista naturópata, la terapia con flores silvestres puede ser beneficiosa para tratar diversas situaciones emocionales, como miedos, soledad, desesperación, estrés, depresión u otras obsesiones. Además, esta terapia también puede aportar su granito en el tratamiento de otras enfermedades producidas por la mente, que suelen transmitirse al organismo provocando diversas patologías, muchas veces mortales.

De sobra son conocidas las propiedades de determinadas plantas sobre nuestro organismo. Por ejemplo, la clemátide es una de las flores que transmite tranquilidad al ser humano y cuya ingesta puede servir de forma complementaria en el tratamiento del estrés, la angustia, ansiedad, depresión o nerviosismo. Así se sabe que esta ciencia, a base de flores silvestres, fue descubierta por el doctor Edward Bach, entre los años 1926 y 1934 y nació originariamente porque dicho especialista buscaba tratamientos alternativos para combatir el cáncer.

Rodríguez llegó a la conclusión que la enfermedad no es más que un desequilibrio emocional que se produce en el campo energético "del ser". Si este desequilibrio continúa por cierto tiempo sin tratamiento, se produce la enfermedad en el cuerpo físico y eso es lo que ocurre con el estrés, según Rodríguez. Así, utilizar las esencias florales no es más que un método alternativo, simple y natural con posibilidades de sanar a través de la utilización de 38 flores silvestres. Los remedios son suaves y seguros no presentan efectos secundarios ni son tóxicos. Además pueden aplicarse complementando a otros tratamientos médicos sin que existan riesgos o efectos adversos, sostiene el terapeuta.

Rodríguez insiste que las Flores de Bach se encuentran dentro del grupo de las llamadas medicinas alternativas, y están reconocidas por la Organización Mundial de la Salud, desde 1976. Agrega que al menos un 86 por ciento de las enfermedades son curables a través de estos tratamientos de esencias y pueden tratar temas relacionados con el orgullo, inestabilidad, depresión, impaciencia, crueldad, odio, egoísmo, ira, cansancio o estrés; entre otras.